viernes, 23 de enero de 2009

LAGRIMAS

Una tras otra, avanzan sinuosas por mi rostro y mueren en mis labios, como yo fallecí tantas veces en los tuyos. Podría contar diez, cincuenta, cien, cuatrocientas....pero me perdería, pues desde que estoy sin ti, el llanto es algo tan común y constante como el bombeo de la sangre por mis venas. Poco a poco comencé a notarme la piel más seca, pero poca importancia le dí, ahora me arrepiento pues una mañana, estando yo en pijama sentada en mi sofá, dejé de poder moverme. Y allí me quedé, con la mirada fija, y en una posición humillante, completamente disecada y echándote de menos.

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