En cada uno de nosotros hay cosas buenas y malas, ying y yang, luz y oscuridad, arte y dolor, elecciones y lamentaciones, amor y odio, dulce y amargo, cal y arena.
Pero me sorprende tu extraña ambigüedad, pues de tu cal y de tu arena es imposible distinguir cual es la buena. La cal, como todos sabemos, cuando está húmeda es mortal, sin embargo, no imagino otra forma mejor de blanquear mi alma, mi vida y mi razón. Por otro lado tu arena, que molesta e incluso hace daño, una tormenta de arena puede sepultar ciudades enteras; sin embargo, sin ella la playa no tendría sentido. Por esto sé que me gusta la cal y soportaré la arena; que me gusta la arena y soportaré la cal, pues son el equilibro, dos mitades que forman un sueño. Cada uno de nosotros es su propio chiaroscuro*, su propio trozo de ilusión que lucha por convertirse en algo sólido, algo real...porque nadie puede vivir siempre bajo la luz....
*El "chiaroscuro" o "claroscuro"es una técnica de dibujo y pintura que se basa en producir el efecto de contrastes entre la luz y las sombras. El claroscuro busca una conveniente distribución de luces y sombras en una obra, de modo que se opongan y complementen mutuamente.
domingo, 29 de marzo de 2009
lunes, 9 de marzo de 2009
UN CUENTO SOBRE LA LUNA
Ocurrió una noche oscura, mientras caminaba con prisa de vuelta a casa.
Allí la vi, obsevándome con curiosidad. En su tez clara se distinguía la turbia mancha del paso del tiempo.
No se movía, simplemente me miraba con la ternura con la que se mira a un niño que todavía no es consciente de lo dura e imprevisible que es la vida.
Sin dudarlo, y movida por un impulso desconocido para mí, eché a correr tras ella, pero no logré alcanzarla, cuanto más rápido me movía tanto más rápido se alejaba ella.
Tras varios minutos de carrera me desplomé en un banco, sudando y llorando. Y ella, desde la distancia, me miró arrogante, altiva, misteriosa; pero pasional y tierna al mismo tiempo.
Me sonrió y comprendí, en un instante mágico que aunque estar a su lado fuera imposible, la Luna siempre me hacía comañía. Fue entonces cuando una sonrisa se dibujó en mi rostro y me conformé con mirarla y amarla desde lejos.
----->Mi musa se había tomado un tiempo de vacaciones, pero por fin ha regreaso con muchas ganas.
Allí la vi, obsevándome con curiosidad. En su tez clara se distinguía la turbia mancha del paso del tiempo.
No se movía, simplemente me miraba con la ternura con la que se mira a un niño que todavía no es consciente de lo dura e imprevisible que es la vida.
Sin dudarlo, y movida por un impulso desconocido para mí, eché a correr tras ella, pero no logré alcanzarla, cuanto más rápido me movía tanto más rápido se alejaba ella.
Tras varios minutos de carrera me desplomé en un banco, sudando y llorando. Y ella, desde la distancia, me miró arrogante, altiva, misteriosa; pero pasional y tierna al mismo tiempo.
Me sonrió y comprendí, en un instante mágico que aunque estar a su lado fuera imposible, la Luna siempre me hacía comañía. Fue entonces cuando una sonrisa se dibujó en mi rostro y me conformé con mirarla y amarla desde lejos.
----->Mi musa se había tomado un tiempo de vacaciones, pero por fin ha regreaso con muchas ganas.
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